Hacer un viaje
a Río de Janeiro en cualquier momento del año es una vivencia
extraordinaria, pero acudir a la ciudad carioca en carnavales puede resultar
una experiencia para recordar toda la vida. Estamos hablando, nada más y nada
menos, de una de las celebraciones más populares de todo el planeta donde se
produce un éxtasis de color, diversión, baile y música. Todo el mundo ha visto
en alguna ocasión las espectaculares imágenes que dejan los desfiles que acoge
el Sambódromo de Río de Janeiro. ¿Te apetecería vivirlo en directo? Sería algo
para guardar en la retina y contar una y mil veces. Además, es la perfecta
excusa para realizar un viaje a Brasil, un país apasionante repleto de
contrastes y lugares de ensueño. El famoso carnaval sería una de las cosas que
ver en Río de Janeiro, pero hay muchos más lugares que visitar en una ciudad
que desborda vitalidad y alegría a raudales.
En una fiesta tan multitudinaria como son los carnavales de Río de Janeiro, hay que tener presente una serie de consejos para disfrutar al máximo de tu viaje.
Las entradas y el lugar en el Sambódromo
Aunque los carnavales de Río de Janeiro se viven en
toda la ciudad, el Sambódromo es el epicentro de la fiesta. No hace falta ir todos
los días porque resultaría un tanto cansado, pero al menos durante un día es
imprescindible vivir los espectaculares desfiles de las escuelas de samba. Es
muy importante obtener las entradas online y con antelación para garantizarse
una buena ubicación. Sin embargo, no es aconsejable comprarlas en la puerta del
Sambódromo, ya que el riesgo de pagar una cantidad excesiva se multiplica. El
recinto está dividido por sectores, siendo el 5 y el 3 una buena elección por
su precio ajustado y buena visibilidad. El 9 está reservado a los turistas y
eso implica que las entradas cuesten más.
Ir equipado para el clima brasileño
Una jornada en los carnavales de Río de Janeiro es una
vivencia apasionante, pero también agotadora. Por todo ello es importante
hidratarse bien para soportar las altas temperaturas que se registran en la
ciudad carioca durante esta celebración. Del mismo modo, el sol de justicia que
reina en tierras brasileñas obliga a protegerse continuamente. Por lo tanto no
olvides llevar un buen protector solar en la maleta. Pero de igual forma que el
sol puede hacer estragos, hay que tener en cuenta que las tormentas suelen ser
frecuentes. Para ello es conveniente llevar un chubasquero, ya que el
Sambódromo está a la intemperie. ¡Ser precavido vale por dos!
Vigilar las pertenencias
El Sambódromo es un lugar seguro en el que se puede
acudir perfectamente con la cámara de fotos para tomar todas las imágenes que
se quieran. Sin embargo, es recomendable no llevar una excesiva cantidad de
dinero y hacer una copia del pasaporte, para así dejar el original en el hotel,
ya que en grandes aglomeraciones
como ésta, los carteristas intentan hacer su agosto. ¡No se lo pongas fácil!
Los blocos, otra manera de disfrutar el carnaval
Río es una fiesta en carnavales, y no sólo en el Sambódromo. Las calles de la ciudad acogen
diferentes actos en los que contemplar el colorido de esta celebración. Uno de
ellos es el desfile de los blocos, pequeñas agrupaciones que recorren los
barrios con disfraces, baile y música. Hay más de medio millar de blocos en Río
de Janeiro y disfrutar de sus desfiles e, incluso, unirse a ellos, es
totalmente gratis.
Preparar el viaje con antelación
Ni que decir tiene que la ocupación turística en Río
de Janeiro durante los carnavales es altísima. Por este motivo, si estás
pensando en viajar a Río de Janeiro para disfrutar de esta celebración, lo
mejor es efectuar las reservas de vuelos, hoteles y entradas del Sambódromo con
bastante antelación. En primer lugar para no quedarte sin plazas y, en segundo,
para no acabar pagando unos precios prohibitivos.
Dejar las visitas turísticas para los días posteriores al carnaval
Aunque hay otras muchas cosas que ver en Río de
Janeiro, hay que tener en cuenta que durante esta fiesta las aglomeraciones
para visitar cualquier atractivo turístico son mayúsculas. Por lo tanto, si
además de los carnavales se quiere ver la ciudad es aconsejable que el viaje se
prolongue durante los días posteriores a la celebración. De esta forma los días
“libres de carnaval” se pueden dedicar a recorrer la urbe brasileña y no tener
que esperar toda una mañana para acceder, por ejemplo, al cerro del Corcovado.