Lugares para relajarte en Rio de Janeiro

A los pies del Corcovado, el Parque Lage es el lugar perfecto para dar inicio a tu día relajador en Rio de Janeiro. Todo empieza con el desayuno servido en el Plage Café, que está dentro del palacete del parque. 

Construido en 1931 al estilo romano eclético, con el Cristo Redentor al fondo y una piscina verde increíble en el centro, el pequeño palacio parece una pintura. Allí, puedes saborear panes frescos, huevos revueltos, frutas, zumos, quesos y una serie de mimos matinales. El dato para agarrar una mesa en la terraza es llegar temprano – alrededor de las 9h, cuando el café abre.  

Después, vale una caminata tranquila por los corredores de los jardines. Proyectados a lo largo de los últimos siglos, ellos unen la belleza de los árboles y flores con monumentos y aire puro. Andar por los senderos con la sombra de la vegetación y embalado por el canto de los pájaros es la definición de paz, ¿verdad?

Para hospedarse cerca del Parque Lage, puedes escoger uno de los hoteles de Accor en Copacabana, una de las playas más bonitas de la capital y que está a apenas 4 quilómetros de toda esa tranquilidad. 

Más de que un punto turístico clásico, el Jardín Botánico de Rio de Janeiro es una programación que realmente vale la pena. Primero de Brasil, tiene más de 200 años y mucha historia, además de ser un importante centro de investigaciones y considerado por la Unesco como reserva de la biósfera de la Selva. 

No es por casualidad: por allí viven 3.400 especies de plantas venidas de varias partes de Brasil y del mundo. La más destacada es la Palmera-imperial, que puede llegar a 50 metros de altura y se tornó la tarjeta postal del jardín. 

Sabiendo de todo eso, tu paseo se pone aún más interesante. El dato es andar por el corredor de palmeras-imperiales, observar los detalles del jardín de cactus y los colores del orquideario. Y entre el verde, apreciar los pájaros, ardillas y otros bichitos que viven allí. También puedes sentarte en uno de los bancos con frases de Clarice Lispector y tomar un café en el centro de visitantes. Así, calma y naturaleza quedan garantizadas en tu viaje. 

Para estar cerca del Centro de la ciudad, pero al mismo tiempo, en un refugio pacífico y tranquilo, Le Spa del MGallery by Sofitel es la pedida cierta. 

En el spa, eliges diferentes tipos de masajes terapéuticos – entre ellos, el famoso masaje con piedras calientes, que causan profundo relajamiento y alivio de tensión muscular. Allí, todo el ritual empieza ya en el ambiente, donde decoración, iluminación y música son seleccionados para un perfecto clima de abrigo y paz. Después del masaje, incluso puedes tomar zumo natural, té o agua aromatizada y relajarte en el área de descanso. La programación perfecta para quien busca tranquilidad.

En el edificio construido en 1910 está la Biblioteca Nacional, el icónico edificio de la Cinelândia y octava mayor biblioteca del mundo, según la Unesco. Por allí, puedes hacer una visita guiada que dura aproximadamente una hora y conocer un poco de la memoria brasileña en libros. 

En un clima de sosiego y conocimiento, el paseo muestra las salas donde están más de dos mil diccionarios, tres millones de periódicos y otros miles de libros. Además de eso, es posible apreciar fotos raras – como la de Don Pedro II, registrada en 1888 – y una de las primeras obras impresas del mundo, datada de 1493. Toda el mobiliario es original del inicio del siglo pasado. ¡Es un combo de cultura y tranquilidad para tu itinerario! 

Con poco movimiento, vegetación intacta y el ruido de las ondas en evidencia, las playas calmas de Rio de Janeiro son prácticamente desiertas e ideales para quien desea un día de sol combinado a la calma. Ve algunas opciones para disfrutar la naturaleza costera lejos del frenesí y relajarse.

Playa da Reserva – Barra da Tijuca: para quien desea privacidad para descansar, pero al mismo tiempo que no quiere estar tan lejos del Centro, esta es la playa ideal. Poco agitada y con una amplia franja de arena, por allí se reúnen habitantes y turistas que cambian agitación por serenidad. Dirección: Avenida Lúcio Costa - Barra da Tijuca. Ve el mapa, aquí.

Playa do Secreto: cuando la marea está alta, no hay franja de arena. Queda apenas una linda piscina natural de aguas claras que se forma entre las rocas. El espacio no es muy explorado por los turistas, por eso es común llegar allá y encontrar poca gente – o casi nadie. Es un excelente lugar para descansar y pensar en las cosas buenas de la vida. 

Dirección: está entre la Playa da Macumba y la Prainha, en la Avenida Estado da Guanabara, 1102 - Recreio dos Bandeirantes. Ve el mapa, aquí.

Playa do Inferno: y para los más aventureros, esa es la elección cierta. Con clima de playa salvaje, es cercada por selva cerrada y rocas, su arena es blanca y su mar azul-verdoso. Para accederla, es necesario recorrer un sendero con nivel moderado de dificultad, lo que no es problema para quien realmente busca una playa virgen y tiene experiencia con largas caminatas en la naturaleza.

Dirección: está dentro del Parque Estadual da Pedra Branca. Puedes acceder al parque por el núcleo Camorim: por la Estrada dos Bandeirantes, entra en la Estrada do Camorim y sigue hasta el largo de la Capilla de São Gonçalo do Amarante.  Allí, mantente a la izquierda y sigue en frente hasta la entrada. Para llegar a la Playa del Inferno, hay un sendero de 3 quilómetros. Es importante tener experiencia con senderos. Vea el mapa, aquí .